
En pocas palabras
En 1915, durante el mandato de Juan Vicente Gómez se crea “La Sagrada”, una mezcla de policía, guardia personal y componente militar, encargada de mantener el orden público pero también de detectar y reprimir a los enemigos políticos del régimen. Sus integrantes eran los llamados «chácharos» andinos, ataviados de liquilique y sombrero tipo australiano de ala doblada, armados de peinilla y escopeta. Pronto se distinguieron por su fidelidad al «Benemérito» y la manera despiadada de imponer su fuerza. Luego de la muerte de Gómez, “La Sagrada” fue eliminada a comienzos de 1936 por el Presidente Eleazar López Contreras quien ese mismo año ordenó la creación de la Guardia Nacional.
La visión de López Contreras, opuesta a la de aquellas bandas de analfabetas mandados por incondicionales jefes de montonera, fue crear un componente integrado por guardias educados para el servicio publico, con conocimiento y respeto de la Constitución y las leyes, bajo las órdenes de oficiales egresados de la academia militar. Hoy, alejadas de tales principios, las acciones de esta institución se desbordan en odio contra las protestas estudiantiles, evocando las prácticas desmedidas de los chácharos de Gómez. Esta semana fue denunciado un nuevo procedimiento que ha sido bautizado como “El Cuadrante”. Consiste en determinar un área para que, luego de saturar el ambiente con gases lacrimógenos, las tropas de represión acarreen brutal e indiscriminadamente con todo ser viviente que se encuentre dentro de ese perímetro. Como “pesca de arrastre” lo definió un dirigente estudiantil; indiscriminada, sembradora de terror como les complacería a los hermanos Castro en Cuba.
Han pasado casi cien años, lamentable en lo que ha derivado la iniciativa del Presidente López Contreras, porque hoy estos guardias, vestidos no de liquilique sino de moderno robocop, actúan como reminiscentes espectrales de “La Sagrada”.
Ramón Peña